En estos tiempos que nos han tocado vivir, en el que pasamos cada vez más tiempo en nuestra casa cada vez son de mayor interés soluciones que, por lo general, cuestan poco dinero y nos permiten mejorar nuestra calidad de vida y en algunos casos, ahorrar en el consumo energético de nuestra vivienda.
La domótica ha entrado en los hogares, y lo ha hecho para quedarse y seguir evolucionando. Ya no son soluciones complejas en las que había que hacer un desembolso elevado. Cada vez son más accesibles al bolsillo, y sus configuraciones e instalaciones más enfocadas al usuario común, sin conocimientos previos sobre la materia.
En este artículo intentaremos explicar conceptos básicos para guiar los primeros pasos dentro de este novedoso mundo.
Lo primero que hay que entender es que los dispositivos conviven en lo que llamamos un ecosistema. Por lo que hay que definir qué ecosistema nos interesa, sobre qué plataforma vamos a conectar todos nuestros dispositivos. Las diferencias radican en pequeños detalles, pero debemos de concretar nuestra elección. Dentro de estos ecosistemas encontramos, por ejemplo, Amazon Alexa, Google Home, Apple Homekit, Xiaomi, etc. En función de nuestros dispositivos y de la experiencia de usuario tendremos que elegir el que más se adapte a nuestras necesidades.
A continuación, habrá que ver qué dispositivos queremos incluir dentro de nuestro hogar. Existen diferentes tipos de comunicación inalámbrica que permiten conectar estos dispositivos, siendo los más extendidos Bluetooth y ZigBee. Sobre este último, generalmente necesitaremos un aparato que haga de puente, o puerta de enlace entre ese protocolo y nuestra red wifi de casa. Si bien cada marca posee su propio dispositivo puente, es posible encontrar compatibilidades entre bastantes marcas del mercado sin tener que comprar para cada marca un dispositivo específico.
Así, podrán convivir dispositivos de distintos fabricantes, e incluso de distintos protocolos de comunicación dentro de un mismo ecosistema. Podremos comunicarnos con ellos remotamente, sin necesidad de estar incluso en nuestro hogar.
Una vez conocido esto, quizá la forma más usual de iniciarse en la domótica sería adquiriendo un altavoz inteligente para nuestro ecosistema. A través de este altavoz, además del control que podemos hacer de nuestros dispositivos por nuestro teléfono móvil, podremos con nuestra voz, comunicarnos con los dispositivos que tenemos conectados, encenderlos o apagarlos, programarlos y obtener información de ellos. Otra opción en este punto serían las pantallas inteligentes que unen a la funcionalidad de los altavoces, el componente visual.
Los dispositivos más usados dentro de los sistemas domóticos son las bombillas inteligentes, basadas en tecnología LED, que nos permiten tener un control del encendido y el apagado, variar temperaturas y colores de las luces, programarlas, etc. Combinándolas con sensores de apertura o de movimiento nos ofrecen amplias posibilidades de personalización y ahorro.
También existen dispositivos luminosos que, conectados a pantallas, nos ofrecen retroiluminación, mejorando la visualización, obteniendo una sensación envolvente y creando iluminaciones sincronizadas con el contenido de la pantalla del televisor o del ordenador.
Otros dispositivos bastante comunes son los enchufes inteligentes, que nos permiten programar encendidos y apagados de elementos que no necesariamente deben ser inteligentes, además de informarnos del consumo eléctrico, para poder tener un control del mismo y ser capaces de ahorrar energía.
Dentro del ahorro, también son importantes los termostatos inteligentes, algunos de ellos capaces de aprender nuestras rutinas, interactuando con nuestros sistemas de refrigeración, calentando o enfriando las habitaciones en función de parámetros basados en la eficiencia energética y el ahorro. Mediante la geolocalización de nuestro teléfono móvil pueden incluso adecuar el consumo energético durante nuestra ausencia o estancia en el hogar.
Podemos añadir también dispositivos de seguridad, como cámaras, sensores de humo y humedad, sirenas, cerraduras y mirillas inteligentes. O dispositivos para accionar automáticamente cortinas o persianas en función de temperaturas o cantidad de luz solar, mejorando nuestro confort.
Destacamos aquí un dispositivo que nos parece especialmente útil. Se trata de un dispositivo de control remoto que aprende el funcionamiento de casi cualquier electrodoméstico, o clona, si lo tiene, el mando a distancia del electrodoméstico, para hacerlo inteligente, y permitir las acciones más usuales a través de nuestro sistema de comunicación domótico.
Además, cada vez existen en el mercado electrodomésticos básicos de nuestro hogar con soporte domótico, como frigoríficos o lavadores, que incorporan la posibilidad de conectarse a nuestro ecosistema, cohabitando con el resto de los dispositivos.
Las posibilidades de interacción entre dispositivos, automatización, programación y configuración son prácticamente infinitas. Y los resultados se producen a corto plazo, lo que nos permite afirmar que, con un coste poco elevado, podemos hacer nuestra vida diaria más sencilla, más divertida, con más ahorro y más respetuosa con el medio ambiente.